sábado, 2 de marzo de 2013

Descúbrete y hazlo a propósito


Vestir de negro no significa que estés triste y, por consiguiente, vestir de colores no implica estar eufórica. Son solo relaciones que nuestra mente hace, pocas veces presentan semejanza con la realidad. No juzgues lo que ves, porque la primera impresión, aunque, paradójicamente, sea la que predomina a la hora de conocer a alguien o a algo, no suele ser la correcta.

Entras por primera vez en una clase, en ella nadie se conoce, tratas de sentarte en la mitad, ni muy cerca para no dar la impresión de ser la “pelota” ni muy lejos, para no darle la impresión a los profesores de ser la “pasota”, estás tratando de evitar que te califiquen de algún modo, cayendo así en la trampa, en su trampa. Tú misma te estás autodefiniendo haciendo esto como “insegura”, encasillándote así, de esta forma, cosa que tratabas de evitar desde un principio.

A nadie nos gusta que nos encasillen en un determinado rol, pero es necesario para mantener relaciones con los demás, el rol que te asignen solo depende de ti, tú lo creas, los demás solo te definen, tratando de elegir la palabra que mejor encaje contigo.

Por eso, antes de escuchar lo que los demás piensan de ti, averigua qué es lo que tú piensas de ti misma,  tratando así de dar la imagen que realmente quieras que los demás reciban, para hacer posible que te conviertas en quien tú quieras ser y no en lo que los demás te exijan que seas.

 

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