Que
no hay que sonreír siempre.
Que
el cambio es bueno.
Que
somos personas, humanos, con sentimientos y tal.
Que
no todo lo que viene se va.
Que
querer no es poder ni poder es tener.
Que
si quieres ser perfecto te has equivocado de sitio.
Que
vivir es sentir, diferenciar, pero sobre todo amar.
Amar
todo y cada una de las cosas que nos mejoran, que nos diferencian de los demás,
que nos hacen únicos e inigualables, no raros, solo diferentes, porque al fin y
al cabo: ¿Qué es normal? ¿Quién es normal? ¿Tú? Lo dudo ¿Yo? Nunca
Que
vivir no es solo respirar, que eso también lo hacen las plantas.
Que
esa persona que nos alegra cada día, que se preocupa por nosotros y nos saca
siempre, da igual lo que pase, una
sonrisa para así hacerte sentir un poco mejor, también tiene derecho a estar
mal. ¿De ella quien se preocupa? ¿Tú? Lo dudo ¿Yo? Siempre.
Dicen
que esta vida te devuelve lo que tú le das, pues bien, esta vez me voy a
asegurar de que esto se cumpla pero en el sentido contrario, de dar lo que he
recibido, de hacer un mundo mejor, de dejar las cosas mejor de cómo las
encontré.
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