Retrocedo en el tiempo, muchos años atrás, tantos años que ni siquiera me acuerdo del momento exacto, solo se que gracias a ese momento tengo hoy por hoy ese gran tesoro. Ese tesoro gracias, en gran parte, al cual me mantengo, gracias al cual crezco como persona y me desarrollo siempre para mejor. Esa pequeña conciencia que te dice lo que haces bien y lo que haces mal, y gracias a la cual has sido capaz de ser objetiva y poder distinguir cuales son tus características a mejorar y cuales debes potenciar. Ese tesoro que encontraste por casualidad, el cual fue como un diamante en bruto, mas bien, por aquel entonces yo era el diamante en bruto y gracias a ese tesoro me convertí en lo que soy, en lo que algún día quiero llegar a ser.
Ese tesoro no es algo material, y por supuesto nada que se pueda comprar. Ese tesoro es ella, esa persona con la que has aprendido a ser mejor persona, con la que has vivido más situaciones que con ninguna otra, con la que puedes pasar quince días las veinticuatro horas y aún así seguir queriéndole, con sus defectos, con tus defectos, pero siempre, absolutamente siempre está ahí, porque sin ella mi día a día no sería igual. Me emociono y doy gracias de poder tenerle como amiga, y me gustaría que todo el mundo tenga alguien con quien poder compartir al menos la mitad que he compartido con ella, mi mejor amiga.
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