-Esto es genial- dice Sebastian, que asiente a medida que se va entusiasmando más y más con el plan-. Genial. ¿Y sabes una cosa?
-¿Qué?
-Tú eres genial. Me moría de ganas de ver esa retrospectiva, pero pensaba que ninguna chica querría acompañarme a verla.
-Ah- replico complacida.
-Por lo general, a las chicas no les gusta Clint Eastwood. Pero tú eres diferente, ¿sabes?- Aparta los ojos de la carretera por un segundo para mirarme. Su expresión es tan seria que casi puedo ver cómo se derrite mi corazón y cómo se convierte en un charquito de pegajoso jarabe-. Lo que quiero decir es que me da la impresión de que eres algo más que una chica.- Titubea en busca de la descripción perfecta-. Es como… si fueras un chico en el cuerpo de una chica.
-¡¿Qué?!
-Calma, calma. No he dicho que parezcas un chico, sino que eres como un chico. Ya sabes. Eres práctica y fuerte. Y no tienes miedo a las aventuras.
-Oye, tío… El mero hecho de ser chica no implica que no se pueda ser fuerte, práctica y amante de las venturas. Así son la mayoría de las chicas… hasta que se juntan con los chicos. Son los tíos los que las hacen parecer estúpidas.-Ya sabes lo que dicen: todos los tíos son gilipollas y todas las mujeres están locas.
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