Con el tiempo aprendes que caminar no es
andar, que escuchar no es oír y que mirar no siempre es ver. Uno empieza a aprender que los besos no son
contratos y los regalos no son promesas, y empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza
alta y los ojos abiertos. Aprende que realmente puede aguantar, que tiene que
ser realmente fuerte. Con el tiempo comprendes que forzar las cosas a que
pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das
cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que
estabas viviendo justo en ese instante.
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